Siempre creí en que los Planes, Programas, Líneas de Actuación y demás, reflejados en unos preciosos documentos, con muchos gráficos, con muchos diagnósticos que, a veces, son un simple o no tan simple trabajo de buena documentación..., tenían que ser evaluados. Las políticas públicas son líneas que marca un gobierno para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, pero si después no se comprueba si han sido efectivas... ¿sirven para algo más qe tener un magnífico documento llamado "Plan Estratégico o de Choque" de lo que sea, muy bien encuadernado?
Hoy, después de casi dos años, y a través de una nueva iniciativa del Instituto Andaluz de Administración Pública, se puso en marcha un Grupo de Personas Evaluadoras de las Políticas Públicas. Una vez más, se partió de la ilusión y del convencimiento de que había que empezar andar en este mundo de la evaluación. Que lo que se evalúa, mejora; no es un acto fiscalizador, ni inspector. Es un procedimiento que persigue un camino en la búsqueda de la excelencia. Una vez más, hablamos de cambiar la cultura que lleva demasiado tiempo instalada en nuestra Junta de Andalucía en particular y en nuestra Amdinistración Pública en general. Trabajamos para dar el mejor servicio público a nuestra ciudadanía, entendida ésta como todos y todas: particulares, empresas, asociaciones..., cualquier colectivo que pueda acogerse a lo que hacemos y para lo que lo hacemos.
Y hoy, una vez más, tengo la gran suerte de acudir a escuchar todo lo que hay que aprender para partir siempre de una evalaución, un procedimiento complicado, sí, pero que acabará impregnado en nuestro ADN "administrativo" como muchas otras cosas que hace poquito, muy poquito tiempo, nos parecían imposibles...
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